lunes, 1 de octubre de 2012

LOS PIES HELADOS.


La novillada concurso de ganaderías de Las Ventas dejó helados a los miles de aficionados que acudieron a verla. Dos horas y media de festejo con muy poquito que reseñar como positivo, con un frío ambiente en lo climatológico y helado en los tendidos donde la justa presentación de algunas reses, su escaso juego y la bisoñez de los novilleros provocaron primero el enfado, luego el tedio y la decepción.
Los que esperábamos un espectáculo de casta nos fuimos viniendo abajo a poco a poco a medida que iban saliendo los novillos por chiqueros. La mala lidia de las cuadrillas, que por momentos convirtió el ruedo de la primera plaza del mundo en una ridículla capea hizo el resto.

Abrió plaza un escuálido  Pablo Romero. Gritos de "¡raspa!" en el tendidio.  A mi me engañó en los corrales. Cuando lo vi creia que era de otra ganadería de lo chico y flaco que era. Nada que ver con el fenotipo de la casta Cabrera- Gallardo salvo por su pelo cárdeno claro. Tomó tres varas arrancandose dando espectáculo cierto es que sin empujar de verdad y con clase al caballo. En la muleta llegó muy sosote, gazapeando y con enbestidas muy cortas con la cara a media altura. El madrileño "Miguelín" anduvo con el como pudo sin ningún lucimiento. Lo mató de una buena estocada pero como el novillo no calló se eternizó usando el descabello provocando el enfado del público. El toro fue aplaudido, más como castigo al novillero que por su bravura. Engañó a la gente en el caballo. 

El segundo fue un contreras bien presentado del Jaral de la Mira. Negro y cornidelantero. Tomó tres varas empujando bien, incluso derribando estrepitosamente el caballo de Ramón Flores. Espectáculo y ovación en el primer tercio que no tuvo su continuación en los siguientes. En banderillas el toledano Raúl Rivera estuvo correcto pero sin espectacularidad en tres pares iguales, sin eco en los tendidos. La faena de muleta, con un toro muy a menos, soso y sin transmisión también fue isulsa sin nada destacable. Mal con la espada y palmas al arrastre del toro por su pelea en varas nada más.

El anunciado tercero de Alonso Moreno, excelente de presentación, se desplomó en la arena. ( ¡hay paisano que solo pensamos en saltillo¡) Lo sustituyó un grandón de Casasola manso en el caballo y con el que Alberto Escobar no pudo hacer nada. El chaval, muy verde, intentaba darle pases al mulo que solo topaba contra la muleta con la cara por las nubes y una envestida muy descompuesta. Como no sabia matar pasó un calvario con la espada.

Cuarto de Cubero- Buendía, santacoloma de la linea de don Joaquín, negro, bien presentado y degolladito de papada como son en este encaste. Se hizo el sueco en el caballo, manso, en la muleta de Miguelín desarrolo una gran nobleza y envestida pastueña por los dos pitones. El novillero no la entendio y se perdió en series de muletazos sin ninguna emocion. El público le recriminó la oportunidad desaprovechada con un buen toro.

El quinto, un veragua jabonero precioso de Aurelio Hernando se rompió una mano y fue sustitudo por un hermano de camada, con más peso pero estrecho y feo. Se estiró con el capote Rivera con dos buenas verónicas jaleadas por sus partidarios del tendido 3. Cumplió sin más en varas el jabonero. Banderillas con mucha entrega del matador con el par jaleado del violín. A la muleta llegó noble aunque con la cara alta y el de toledo le sacó dos series cortas de dos y pecho por el derecho. Veragua es un encaste que viene a mucho menos en la muleta, deberían saberlo los chavales. La faena se fue diluyendo en la nada a medida que el novillo se apagaba. Fue cogido en la axila sin consecuencias al entrar a matar, esta vez si de estocada fulminante. Petición de oreja (¡) Salió a saludar entre una fuerte división.

El sexto era un coquilla de Sanchez Arjona de 538 kilos muy bien presentado, quizas en exceso para su encaste. Manso y sin gota de casta en todos los tercios. Decepcionante el que más pues es un encaste en serio peligro de extinción que necesitaba el empujón mediatico de esta corrida. Reservón y parado en la muleta hizo pasar un mal rato al joven Escobar y a nosotros que a esas alturas de la noche ya estabamos congelados de cintura para abajo...El premio ni que decir quedó desierto, el premio se lo ganaron los espectadores...mal vamos.

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