viernes, 16 de agosto de 2013

Feria de Cenicientos 2013.

SORPRENDE EL TEMPLE DE JOSE LUIS TORRES.


Plaza Cenicientos (Madrid). 
Seis toros de Pablo Mayoral. Bien presentados en conjunto, de variadas pintas y remates. El segundo muy terciado. Variados en comportamiento: Primero noble y sin fuerzas; segundo manso y soso; tercero bravo y encastado; cuarto noble y muy bueno; quinto peligroso y sexto explosivo de salida, aplomado en la muleta.

José Luis Torres; Vuelta y dos orejas. 
Jairo Miguel; Pitos y Pitos. 
Pablo Lechuga; Oreja y silencio. 

Media plaza en tarde de calor agradable. Presidió la corrida Don César Gómez, presidente de la plaza de las Ventas de Madrid. 



Vuelta a la carretera un año más rumbo al valle del Tietar, a la sierra oeste de la comunidad de Madrid, viaje muy agradable por carreteras serpenteantes entre montes repletos de encinas y alcornocales, dehesas y tierras de labor color oro tostadas al pleno sol de agosto. Es 15, el día de la Virgen y como la tradición de mi vida manda desde hace ya casi una década, encamino mis pasos de aficionado hacia Cenicientos, la capital taurina de este mal llamada "Tierra del Terror" por aquellos que denostan la integridad, la variedad y la seriedad agradecida en este ámbito, a veces tan viciado del mundo de los toros. Ellos se lo pierden, que sigan con sus fechorías, en estas tierras se vive la tauromáquia auténtica, aquella que nunca se perderá en los tejemanejes de los filibusteros. 

La corrida comienza con diez minutos de retraso, la autoridad llega tarde y sorprende la aparición del presidente don César Gómez, de la plaza de Madrid, destacando entre las dos mil personas en la grada, además de por su seriedad facial habitual y su porte de inspector nacional de policía, por ser el único entre miles con traje negro en pleno mes de agosto. En esto del toro, las apariencias y la seriedad hay que mantenerlas siempre. 

El primero de la tarde es un cárdeno claro de capa, el número 55 y muy serio, aunque aquí por ser plaza de tercera categoría se le hurtan al espectador los pesos de las reses. José Luis Torres lo recibe con gusto a la verónica mostrando sus buenas intenciones en su debut ante la afición corucha. Un puyazo pues el animal se muestra muy flojo de remos. A la muleta llega dulce, muy noble, un caramelito para el torero cordobés que lo acaricia en templados muletazos por ambos pitones, gustándose. La escasez de fuerzas del animal parece ir a pelo con las buenas formas y la suavidad en el toreo de este matador que gusta en las gradas. La faena no acaba de ser rotunda por la flojedad del noble toro que le quita transmisión. Pinchazo y estocada desprendida. Petición minoritaria y una justa vuelta al ruedo a la que se sucede una bronca a don César por no dar la oreja. Había pocos pañuelos. 

Torres debuta con puerta grande en Cenicientos


El segundo es negro bragado listón, alto y muy terciado para Cenicientos. Se destroza el pitón derecho derrotando en los burladeros. Apreta de salida a Jairo Miguel. La visoñez y falta de preparación de este torero se dejan ver durante toda la tarde. La cuadrilla es una panda de capea, muletazos a diestro y siniestro, dos puyazos al relance en los bajos del toro y carreras de rejoneo y terror en banderillas. El toro manso y rajado en los primeros tercios, pienso que asustado por la pésima lidia, se para y tempera cuando queda a solas con Jairo. Este no lo ve, y en un sinfín de enganchones, descolocación y trapazos. La sosería de la embestida del toro tampoco ayuda a calentar la faena. Sainete con la espada y el descabello. Se echa el toro y ocho puntillazos provocan la bronca. 
El 48 salió en tercer lugar. Muy encastado en todos los tercios. 

Tercero negro entrepelado, corniveleto casi vuelto, cuajado, algunas palmas de salida. Mete bien la cara con casta y fiereza desde el principio apretando a Pablo Lechuga hacia los adentros. Desde el principio se le ven sus bravas condiciones. Dos puyazos duros sin colocar en suerte, empujando fijo pero con la cara a media altura. Alegre en banderillas se las ponen bien. Toro de mucho poder le pesa a Pablo en las primeras series de tanteo sin acople. El toro por encima y el torero desarbolado, parece que se le va a ir pero no es así porque el de Cadalso de los Vidrios se enrabieta y consigue templar y domeñar la embestida del toro por el pitón derecho en dos buenas tandas, firmes y llevándolo largo, se mete al público en el bolsillo por su faena a más. Por el izquierdo el toro es muy difícil y Lechuga desiste. Estoconazo y oreja al pundonor del vecino de la tierra. Ovación justa a un gran toro.

Gran toro este cuarto de Pablo Mayoral. 
El cuarto es un cárdeno oscuro bragado, tocado y vizco del pitón izquierdo. Muy serio. Más en la línea ibarreña de este encaste santacoloma. Se desplaza largo y se deja torear a la verónica por Torres. Este torero empieza a despertar interés, es nuevo y sorprenden sus buenas maneras a pesar de lo poco que torea. Cumple en varas derribando en el primer encuentro, repuchándose ligeramente en el segundo. A la muleta llega noble y pastueño, humillando va largo, un gran toro recordando las mejores cualidades de santa coloma. Dos tandas con la derecha de muletazos muy templados y otras dos muy buenas también de naturales llevando al toro sin dejarse tocar en ningún momento la muleta. Manoletinas arriesgadas para el cierre de faena. El toro es el soñado por un torero. Gran estocada entera de efecto fulminante. Dos orejas y gran ovación al toro. ¡Qué grata sorpresa la del temple!

Quinto. Cárdeno oscuro bragado. El más cuajado de la corrida, cornidelantero muy en la morfología del encaste. Otra capea en los primeros tercios. Se le pega duro en varas. En la muleta llega resabiado, muy listo. Miradas constantes al torero y se viene al cuerpo por los dos pitones. Jairo no se da coba y a por la espada. Pinchazo hondo y varios descabellos. Pitos del público que piensa que se podía hacer más con el maligno bicho, yo pienso que tal vez haberlo intentado sobre las piernas. Al chaval le pesó mucho la tarde. 

De sexto sale un jabonero muy astifino aunque terciado de carnes, sin mucho remate, que nos recuerda que Pablo Mayoral también tiene sangre veragüeña en su ganadería. Como hace este encaste habitualmente sale muy fiero en los capotes, rematando duro en los burladeros y apretando a Pablo Lechuga contra las tablas. A sabiendas del poder y los humos del toro, el de Cadalso lo masacra en el caballo con tres varas durísimas. Barrena y tapa la salida el picador. Jarabe de palo ante la bronca del respetable que ve que se va a quedar sin el sexto toro. Así es, tanta vara deja al jabonero como un cristo, totalmente aplomado e inservible para la faena de muleta. Así lo quiso su matador.
Veragüeña estampa del sexto, masacrado en el caballo.

Interesantísima tarde con el descubrimiento de José Luis Torres sacado a hombros por las peñas coruchas entre el chiquillerío que se lanza al ruedo a la muerte del sexto para tocarlo y verlo de cerca. Me marcho de Cenicientos un año más satisfecho por el aire fresco de la sierra y de una afición alegre y fiestera que respeta la corrida íntegra y a todos sus participantes. Un ejemplo.