miércoles, 10 de octubre de 2012

EL PASEO NAUSEABUNDO: SOBRE LO QUE PASA EN TOLEDO CON EL TAJO.



Ahora paseo, paseo mucho, quizás paseo más de lo que quisiera y mi edad  aconseje pues paseo como si de un abuelo de 70 años se tratase pero paseo, paseo y veo mientras paseo. Y lo que el otro día pude ver mientras paseaba me llenó de estupor, indignación y rabia: La ribera del rio Tajo a su paso por la ciudad de Toledo es una auténtica pocilga, un vertedero de basuras. Latas, plásticos y papeles diseminados por toda la orilla del río. Olor nauseabundo a aguas estancadas y orines.  Millones de mosquitos y moscas campando a sus anchas (de eso no tiene la culpa nadie sino la misma naturaleza y este caprichoso clima) entre las basuras y una salvaje y espesa vegetación que poco a poco, dia tras dia, le va ganando terreno a la senda peatonal por la que discurrimos todos los dias cientos de toledanos durante nuestros paseos.

¿Culpables? Todos. En primer lugar hay que culpar a la incivilidad de la gente, sobre todo pescadores que practican su deporte favorito a las orillas de nuestro rio y que en la espera de que el pececillo de turno pique, se inflan a cerveza y otras viandas tirando los restos al suelo mientras tienen una papelera a escasos 50 metros. ¡Que amantes de la naturaleza que les proporciona su diversión!

Los jóvenes y no tan jóvenes que realizan sus fiestas nocturnas junto al río son también culpables de la situación. Siempre podrán objetar oscuridad, embriaguez o prisas por calmar los furores uterinos que el alcohol produce un fin de semana, pero lo que tienen es mucha mala leche y mucha mala educación. Los restos de las merendolas a base de comida de McDonals son comunes junto a todas las mesas disponibles en el parque de Safont.

Y para terminar quiero hacer referencia a la Administración. No me puedo creer que el ayuntamiento de Toledo no esté enterado de lo que está ocurriendo entorno a la ribera del Tajo. Lo saben, pues la aparición de cientos de peces muertos el pasado mes de agosto en el cauce del río no pasó inadvertida para nadie en la ciudad. Cientos de cadáveres testigos mudos de la desidia con que el gobierno de García Page está tratando el tema del río en Toledo. Pero que la Junta de Comunidades de Cospedal y la Confederación Hidrográfica del Tajo no se vayan de rositas en este asunto. Son tan culpables como el ayuntamiento. Acusaciones a tres bandas sobre quíen es más responsable, si es la potabilizadora averiada, si es el bajo cauce del río por los trasvases, si bla bla bla pero nadie hace nada, nadie limpia, desbroza y no existe ninguna vigilancia que impida que los guarros continúen con sus atentados contra el río y sus aledaños.

Con 15.000 parados en Toledo, ¿no se pueden organizar cuadrillas para la recogida de residuos a las orillas del río? Yo me ofrezco, ¿a quién debo acudir? Solo faltaría que me multasen por estár merodeando por la zona realizando esta labor mientras los que ensucian campan a sus anchas. Lo que hace falta es voluntad de arreglar el problema y dejarse de politizarlo como hacen con todo.

Y es que ni Cospedal ni Page ni el presidente de la Confederación que no se como se llama ni quiero saberlo, pasean tanto como yo paseo, será que no tienen tiempo...

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