lunes, 24 de febrero de 2014




RENOVAMOS LA ILUSIÓN.


Después de meses alejado de las teclas de mi portatil por imperativas obligaciones laborales, reiniciaremos la actividad de este blog en las próximas semanas, con el inicio de una nueva temporada taurina, el comienzo de una nueva ilusión para nosotros los aficionados. Año que se presenta complejo y movido en el ámbito empresarial con las figuras del taurinismo en pie de guerra contra la empresa de Sevilla. El oscurantismo habitual del mundillo taurino impide al aficionado posicionarse con fundamentos reales a favor de uno u otro bando y cada cual opina, un poco de oídas según los medios de comunicación especializados nos dan gotas escasas de información de lo que está pasando. 

Personalmente mi opinión consiste en reclamar cordura a aquellos, que siendo como son toreros seguidos por aficionados de todos lugares y condiciones sociales, no están dispuestos a rebajar sus emonumentos en determinadas plazas de responsabilidad, imposibilitando la bajada de costos del festejo y con ello tras una  rebaja de los precios de las entradas, favorecer la promoción de la fiesta entre aquellas personas (aficionadas) que peor lo están pasando económicamente. Solidaridad que parece no haber llegado a determinadas capas elitistas de este mundillo que llamamos tauromaquia. Si ellos no torean, otros lo harán. El buen aficionado sabe encontrar lo positivo en cada tarde de toros más allá de los nombres que aparezcan en el cartel. Más oportunidades para los chavales y toreros que interesan, los que se la juegan de verdad, sobre todo porque no están ricos.

En cuanto a Madrid, parece que el año promete. Por fin la empresa "choperita" da pasos en favor de lo que el aficionado lleva más de un lustro reclamándoles. La idea de un abono de 31 tardes abierto a la elección de los carteles que resulten más interesantes para cada cual me parece excelente. Un paso cabal. Veremos si la elección de toreros y sobre todo de ganaderías para completar este San Isidro "renovado" acierta a satisfacer las demandas y necesidades emotivas del sufrido público venteño. Esperemos que así sea.